Estética de la identidad y sus paradojas
Resumen
Hablamos de una estética de la identidad porque es una experiencia sensible de sí, del otro y de lo ausente. Hay un sesgo estético en el cogito cartesiano, al implicar también a “una cosa que siente”. La paradoja de una identidad es que nunca es idéntica a sí misma, es “lo otro” de la identidad. Pero desde “el otro” de la identidad (madre, padre, cura, maestro, amante) se establece un relativismo aterrador. La identidad se busca, por tanto, en objetos en vez de sujetos: astros, dioses, piedras, la tierra, la historia, el discurso, los nombres y los números. Pero la identidad es histórica, social y en parte institucional. Hoy la identidad circula y se intercambia, se produce y se vende.